Corría el año 1989 y yo me recibía tras un año esforzado después de haber cambiado de trabajo a tiempo completo, haberme mudado de casa, criando dos bebés de pañales y los últimos meses, sin ayuda doméstica...
El señor que me firmaba la libreta me sonreía, entre sorprendido de mi incredulidad y animoso:
Y mientras ponía ese 9 en la libreta, con su voz suave me acompañaba en el inicio de mi primer minuto de psicóloga con un “Y por qué no? Siempre se llega después de dar los pasos correctos…”
Jorge Corsi, ése que firmó en mi libreta mi última materia de Psicología, Psicoterapias Breves, en la Facultad de Psicología de la U.B.A. hoy aparece en los diarios, acusado de pedófilo líder de una organización que se dedicaba al abuso de adolescentes y filmaciones de sus orgías que luego eran subidas a Internet.

Y esta vez, una vez más… muy diferente situación, y las mismas personas en la escena (esta vez, mi propia escena en el recuerdo) y la misma exclamación: “No lo puedo creer!!”.
Sin embargo, esto que nos pasa a varios, de no querer creer, de imaginar que esto no debería ser… esto de “ojalá no fuera cierto este horror”, es lo que tenemos que aprender a remontar cuando se trata de reconocer, de detectar… con todo lo difícil que es confirmar la personalidad del abusador… si no puede ser de anticipar, al menos de reconocer los síntomas de lo que viene sucediendo, Y si fracasamos en evitar, al menos limitar el sostenimiento del abuso.
Subject: [eticaypsicologia] HACERSE CARGO- Jorge Garaventa- Diario Crítica
HACERSE CARGO
Jorge Garaventa
Con la misma severidad que exigimos a la justicia que trabaje cada vez que circula una denuncia sobre abuso sexual infantil, debemos hacernos cargo de que uno de los principales referentes académicos en la materia está hoy severamente comprometido judicialmente.
Portamos la misma sorpresa y pulsión de desmentida que se suele apoderar de los allegados a cualquier abusador. Pretendemos mágicamente que no sea cierto y el. “no puede ser” se apodera de nuestro raciocinio para pasar a imaginar innobles maniobras que hayan actuado de cebo para hacer caer en una trampa al colega que hoy está sospechado en actos de abuso y violación de menores.
No seremos nosotros sino la justicia quien determine el grado de relación entre esta persona y el delito, pero tampoco podemos hacernos los distraídos cuando los petardos nos estallan entre los pies.
Es un momento muy difícil para el colectivo, pero también es una invitación a profundizar el trabajo. Se impone una reflexión seria acerca de lo que pasó hasta aquí. Como hemos tocado intereses en estos años, la perversión intentará unificarnos en la defección.
Lo mejor que podemos hacer es un compromiso de mas trabajo, de mas investigación, de mas denuncia, de mas visibilización.
Siempre dijimos que el abuso sexual ocurre en todos los ámbitos, que es el mas transversal de los delitos, y sobre todo que un abusador tranquilamente puede ser el mas bondadoso, cálido y confiable de nuestros convivientes. Los recovecos de su psiquis se traducen en una personalidad insospechada de aquello que puede cometer. Hay que seguir avanzando en técnicas de detección pero hasta hoy todo indica que no hay forma cierta de establecer un perfil del abusador.
La sombra de la desconfianza pretenderá invalidar todo lo actuado por nosotros. Es momento de hacerse cargo y redoblar la apuesta. Los abusadores suelen parecer gente como uno. El respeto al otro nos hace diferentes.
Moderador del foro Electrónico ética y Psicología