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jueves, 23 de octubre de 2008

palabras apenas

Hay momentos en que solo podemos dejarnos ser... pasear al atardecer mientras damos forma a lo nuevo por crear. No se puede forzar. Aunque afuera el otoño se lleve de a poco los colores y haya cierta desazon producto de los momentos de cambio.

He recorrido caminos interiores cada vez más intricados y profundos y puedo decirlo. Hay que soltar el control y sólo esperar: lo nuevo tiene sus tiempos.

No mucho más.
Un poco de sol, como si fueran espigas al atardecer.

martes, 21 de octubre de 2008

¿Y el valor del talento?

En el post anterior sobre ¿Cuánto vale un diploma?, Fran dejó un comentario que me inspiró este otro post tal vez necesario para terminar de dejar un poco más clara la idea. (aunque sospecho que este podría ser el comienzo de una larga y fructífera construcción colectiva).

BloggerFran y Romi en Canada dijo...

Es verdad eso de la sobrevaloracion de nuestros titulos, es muy cierto, es comun presentarse y decir tu profesion, pero no es como decis por agrandarse sino es un modismo algo por lo cual estas orgulloso.
Se que en Canada es diferente, pero son costumbres en Japon tambien te presentas y en tu nombre pones el nombre de la empresa que trabajas. (eso lo recuerdo de cuando tomaba mis clases de Japones).
Es verdad que todo esto dice mucho de la sociedad que estas inmerso.
Saludos,
Fran

Hola, Fran!!

Te agradezco tu comentario porque me permite ampliar... tal vez en la redacción del post no quede claro:

Me parece que en Argentina pasamos de una gran valoración del esfuerzo y la preparación... a una actitud de "es lo menos que podés hacer" (o sea, como si te dijeran, "ese título que obtuviste no vale nada de nada, es solo la llave para que te dejen entrar a los lugares donde te vas a formar en serio". Hemos pasado desde allí al otro extremo de buscar la solución rápida y fácil, porque total, todo es efímero y lo que consigas no vale la pena dedicarle mucho.

Para darte un ejemplo de esto: yo estuve entre 1993 al 2002 formando profesionales en una técnica de trabajo grupal (psicodrama y técnicas expresivas). En un principio dábamos una formación de tres años durante los cuales los alumnos se entrenaban una vez por semana durante 3 horas y el último año, tenían pasantías en hospitales o empresas y hacían una practica supervisada, algo que yo considero una formación importante y bien hecha. El último tiempo, quizá porque la excelencia en la experiencia y las competencias de las personas no era valorada, quizá porque la cantidad de empleos disponibles se redujo y porque muchos de los empleos que se obtenían se basaban más en los contactos personales que en la excelencia de la formación recibida y la experiencia, tal vez por eso cada vez menos personas podían “darse el lujo” de sostener una formación de post-grado de 3 años. Luego… empezó a pasar cada vez más seguido que la gente buscara cursos cortos, donde se prometiera una salida “rápida”, aunque lo que se prometiera no fuera cierto. Y luego… he llegado a tener la experiencia de escuchar un alumno que me pidió “qué tenés este año para ofrecerme, que me pueda dar chapa rápida” (sic). **

En períodos donde el trabajo escasea, la valoración de la formación de las personas se rebaja a su mínima expresión. Me voy a remontar a la prehistoria de mi búsqueda laboral en oficinas, cuando yo tenía 18 años (y no voy a decir en qué año fue… que total, con las repetidas crisis de la Argentina, la antigüedad de mi partida de nacimiento puede quedar bien a cubierto), donde una entrevistadora (no muy sagaz, por cierto) me preguntó si sabía técnicas de escritura veloz. Todo esto para un trabajito de secretaria “junior” donde el salario sería “infimo”. Cuando lo repregunté para qué pedían eso, si se usaban con tanto éxito los grabadores y mejor aún, si una buena secretaria también tenía que tener “redacción propia”, siendo capaz de redactar las cartas mientras su jefe le dijera: escríbale a Fulano y dígale que el pedido lo va a tener el jueves y que se conecte con Mengano a tiempo para combinar el embarque”. Y la señora me contestó: Y bueno, ya que estamos… para que tenga todo”. ¡Una belleza!

Tengo una amiga y colega que dirige una institución donde se trabaja con técnicas activas y teatro de improvisación en la comunidad. Quienes integran la compañía son actores, músicos, bailarines, artistas plásticos, algunos realmente muy talentosos. Todos trabajan como voluntarios, pero no como los “benevoles” que hay aquí, donde la organización a quien brindan su trabajo voluntario se ocupa en general del transporte, de la comida y tienen otros beneficios diversos, además del prestigio que agrega al currículo la actividad voluntaria. En nuestros países, según como yo lo veo, la actividad voluntaria, especialmente en cuanto a profesiones se refiere, es vivida como con cierto “descrédito”. Una vez le pregunté a mi amiga cuál era la motivación para que gente talentosa se movilizara a trabajar durante tantas horas, con tanta pasión cuando hacerlo le suponía un esfuerzo extra no remunerado. Mi amiga me contestó: “La mayor parte de las veces lo que obtenemos en cada presentación en la comunidad, así, sin tener subsidios, solo con el aporte del público, nos alcanza para pagar el viático de algunos, ni siquiera de todos, solo de los más necesitados. En la compañía tenemos actores, bailarines, que son estudiantes… y que a veces caminan cuadras y cuadras por toda la ciudad para poder llegar… ¿Por qué siguen viniendo? Porque es su única posibilidad de formar currículum. Y eso es el motivo de por qué cuando un grupo funciona como mecanismo aceitado, muchos dejan de venir, porque necesitan trabajar en algo que les permita vivir, y entonces nunca podemos disfrutar de los beneficios de un grupo completo entrenado”.

Otra viñeta sobre la valoración: he oído con pesar que algunos compatriotas se quejan aquí de que haya que pagar por las obras de teatro o de música cuando en Buenos Aires, por ejemplo, “está lleno” de espectáculos gratis… “y hasta buenos, eh?”.

Pensemos en lo que estas frases dicen de la valoración de nuestros talentos en nuestro país…

Frases que no reparan en que la “gratuidad” de algunas cosas buenas tiene un precio altísimo: la pauperización de nuestros mejores profesionales, técnicos y artistas. El desperdicio sistemático de nuestro capital simbólico, un capital, como ha dicho Silvia Bleichmar, en su "Dolor país", que nos costó décadas construir, desde el orgulloso “M’hijo el dotor” de Florencio Sánchez,*** hasta nuestros días de “todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor”…Doloroso que siga teniendo tanta vigencia el Cambalache de Discépolo, no?

Me extendí demasiado. ¿Ustedes qué piensan de todo esto?

**Aclaración para los que no vivieron en Argentina: llamamos “chapa” en sentido figurado a los elementos que te permiten mostrar una formación, títulos o diplomas, por ejemplo, la chapa de bronce que ponían en la puerta los médicos, abogados, escribanos, veterinarios… etc. Por cuestiones de privacidad y otro tipo de razones, era muy raro ver que los psicólogos pusiéramos la chapa en la puerta.



*** En el nombre de la obra está oculto el link donde puedes descargar el libro de Florencio Sàncez, "M'hijo el dotor".




lunes, 20 de octubre de 2008

¿Cuánto vale un diploma?

El final del post anterior sobre el Psicodrama me llevó a plantearme en el post siguiente una cuestión del valor.

Ando dando vueltas con las cuestiones de valor porque me tocó muy de cerca la forma en que se desarrolló la ceremonia de la Colación de grados de la Universidad de Sherbrooke.

Estaba por un lado emocionada por toda esa cantidad de gente, por la organización, por la presencia de la Orquesta Sinfónica de Sherbrooke... por el ambiente de celebración fastuosa. Las cámaras, el helicoptero -perteneciente a los medios periodísticos - que sobrevolaba nuestras cabezas, las togas de los diplomados (algo inédito para mí). Estaba emocionada y a la vez sentía como una especie de pudor. Como si toda esa celebración fuera demasiado. Esa es la palabra que me aparecía: demasiado.



Después me comentaron que algunos grupos de alumnos se "quejaron" del contraste entre la posición reconocidamente "verde", ecologista, protectora del medio ambiente de la Universidad de Sherbrooke y tantas luces, tanto despliegue energético y de recursos personales y económicos, pese a que en el sitio de la Universidad dice claramente que se tomaron todas las medidas para que el evento fuese lo más ecológico que pensarse pueda... En fin, nunca se podrá conformar a todos.

Por mi parte, la participación en el evento me ha dejando pensando muchísimo sobre cómo han sido las ceremonias de mi vida estudiantil en Argentina, donde los eventos que me tocó vivir fueron a medias aburridos, a medias efímeros, sin emoción y donde al término de cinco o más años de estudios uno se llevaba un diploma de cartulina y la promesa de un camino arduo para conseguir trabajo y más arduo aún para considerar que uno sabía algo despues de todos esos años de dedicación. Sí, porque existía siempre el mensaje semi-oculto, o más bien claro pero expresado eufemísticamente, consistente en que todos los recién diplomados éramos unas especies de renacuajos que ni cola para nadar aún habíamos desarrollado, así que no esperáramos volar, encima. Ese cartón que nos daban, era apenas el boleto para un largo viaje de futuras formaciones, grupos de estudio, maestrías, artículos, publicaciones en el exterior... sin las cuales, no piensen amigos que serán un poco más que nada nada en el mundo del saber de vuestra disciplina...y está por verse si darán el target para conseguir siquiera un trabajo.
Al menos ese era el mensaje que recibíamos en la Facultad de Psicología de la U.B.A., donde la mayoría de los profesores afirmaban que ahí obteníamos una especie de índice... pero el verdadero aprendizaje empezaba LUEGO. Siempre LUEGO (en general, con los grupos de estudio y los postgrados).

Semejante mensaje se veía apoyado además por los pasos que seguían: formaciones como la concurrencia hospitalaria en psicologia clínica, la cual luego de 5 años (más) de trabajo ad-honorem, ateneos, presentaciones en congresos, estudios de casos, y atención clínica 3 veces a 4 por semana... es decir un enfoque clínico y teórico práctico INTENSO... amerita nada más que una hojita de papel común A4 más la confirmación que uno se desempeñó en psicología clínica, pero esquivando completamente el favor de poner las palabritas "Especialista en Psicología Clínica"...

Creo que Argentina desarrolló una super "valoración" de la excelencia académica en la aceptación de que dejar el cuerpo y el pellejo y la sangre en una formación universitaria es apenas lo "menos que podías hacer". Y el deterioro de la valoración profesional nos llevó finalmente a un punto situado a 180 grados, justo en la otra punta, donde los que aprueban el vale todo, estan de acuerdo en soluciones rápidas aun a costa de comprar maestrias en ignotas universidades privadas a distancia (mientras el porcentaje de la otra punta sigue dandolo todo por la formación). Ese desbalance estaba en el origen de mi reacción cuando viajaba a centroamérica a dar talleres y escuchaba a la gente presentarse con un "Soy diplomado en...",
"Soy catedrático de ...", con un tono de orgullo al decirlo. Durante mucho tiempo traté de entrar en el origen de mi molestia cuando escuchaba esto hasta que finalmente me di cuenta que no era que me sonaran "agrandados" cuando lo decían. Simplemente tenía el vicio adquirido de pensar que uno debe ser tan modesta violeta porque... al fin de cuentas... la formación continua, el sólo sé que no sé nada, y qué se yo qué más, me había atrofiado el órgano de la valoración. Y de eso...no tenían la culpa los centroamericanos ni nadie. (échenle mejor la culpa a la melancólica huella en mi alma del Río de la Plata... o a la huella culposa de mi genalogía judaica; ganarás el pan con el sudor de tu frente... pero luego, no te lo comerás porque has venido a este mundo a sufrir...)

Hasta aquí esta primera parte.
La próxima les contaré que se cuenta en los artículos sobre pedagogía que estoy trabajando para mi programa de DPES donde los investigadores "nord-americains" hacen elucubraciones acerca de dónde se encuentra la motivación para ser mejores docentes o mejores profesionales... ¿todo lo que se valora es el dinero?







viernes, 17 de octubre de 2008

qué pregunta uno cuando pregunta

Recibo la consulta de David, sobre su idea de emigrar hacia Canadá.
Mi respuesta... a continuación.


"Buen día Psicóloga, deseo saber si me puede orientar.

Tengo la intención de emigrar a Canadá, me han comentado que es necesario volver a estudiar, si desea uno trabajar en la profesión de nuestro país de origen.

Yo soy Ing. Mecánico electricista, y me desempeño como Ingeniero de diseño mecánico en mi actual trabajo, tengo 12 años de experiencia en el manejo de software de diseño, y algo de experiencia en manufactura por computadora.


He escuchado malos comentarios de gente que supuestamente emigró a Canadá, y quisiera saber su opinión general sobre Canadá.

Otra duda que tengo, es que tan difícil es encontrar empleo de mi profesión.

Agradeceré infinitamente su opinión."


Hola, David!

No sé si soy la persona más indicada para responderte esto pues no suelo informar ni asesorar sobre la conveniencia o no de emigrar a Canadá.

Es más, no suelo asesorar sobre la conveniencia o no de emigrar.


Es como si me preguntaras: "me sugiere usted que me case?"
ó
"debería hacerme un aborto?"
ó
"qué le parece que preferiría yo comer hoy?"

Y voy a explicarte por qué no exagero con estos ejemplos:

Más allá de lo que pueda decirte sobre algunas particularidades de ser inmigrante o de ser inmigrante, latino, en Canadá... no puedo decirte mucho. Y así y todo, mi visión solo puede servir cuando se combina con la de otros, y sólo tú, sacas tus conclusiones sobre tu visión.

Una cosa puedo afirmarte y es que:

1) necesitas estar dispuesto a la frustración de manejar un idioma o dos idiomas nuevos, sabiendo que dominar una lengua tiene muchos niveles diferentes y que nunca te sentirás, verdaderamente cómodo y eficaz como en español, al menos... no hasta que pasen muchos años y muuuuuuucha integración cultural en el medio.

2) debes ser una persona que acepta con alegría los cambios... pues deberás ajustarte a muchísimos: visuales, auditivos, táctiles, olfativos, de relación, de humor... Re aprenderas qué comprar, cómo, cuándo y a cuánto. Y deberás poner prioridades para aprender y decidir qué, con quién, para qué, y donde.

3) seguramente dejarás de tener muchos grados de stress que sostienes en tu país y que son decididamente malos, dañinos y peligrosos pero, al menos, conocidos. Cuando emigras te encuentras con otros factores de stress... también muy peligrosos y amenazantes quizá más por desconocidos que por su verdadera magnitud.



Hay muchos blogs que podrías consultar (en el blog de Los Marge o el de Guillermo o el de Fran y Romi. También los blogs de Héctor, o el de Arturo, otros mexicanos como tú, en el que tienes mucha información, inclusive los vínculos a otros blogs para visitar.

Por sobre todas las cosas, de tu pregunta me quedo con esto de los "malos comentarios de gente que supuestamente emigró a Canadá".

En este post de Guillermo se desata una interesante discusión de comentarios que me sirven para ejemplificar hoy mi opinión en esto:

Somos únicos, cada uno es distinto del otro. Esto, en lugar de maravillarnos, nos llena de miedo y tardamos años y años de nuestra vida en conocernos y aceptarnos. Estamos siempre midiéndonos y comparándonos con el otro. En este compararnos todo el tiempo buscamos la opinión de los demás. Y para estar contentos con nuestra elección necesitamos ver cómo de bien o de mal les fue a otros. A veces cuando no nos gusta lo que obtenemos, le echamos la culpa a lo que nos "trajo" el problema que finalmente, está siempre dentro de nosotros mismos. Esto es lo que pienso de la gente que "habla mal" de su experiencia canadiense... o de donde sea que haya ido. Asi que toma con pinzas las opiniones maravillosas y también las desastrosas. Trata de leer las experiencias de gente que te parezca que tiene una formación parecida a la tuya y cuyas expectativas respecto a la migración compartes. Ejemplo: cuando buscaba información no me servía la opinión de la gente que emigraba solo por motivos económicos pues yo no emigraba por eso. También debía tomar con relatividad la facilidad para conseguir trabajo de la que hablaban aquellos que se dedicaban a la informática...

Mi único consejo: lee todo, pregunta de manera puntal en los blogs que te señalo aquella información específica que necesites. Y cuando sientas que hayas recopilado toda la información y las opiniones, estarás, como siempre, frente a tí mismo, tus anhelos, tus deseos de cambiar y mejorar, tu pavor frente a los desconocido. Tu animarte o no a la aventura.

La vida es una aventura. Preparalo todo con cuidado. De todas maneras siempre deberás abrirte a lo desconocido...





Foto: Henri Cartier Bresson - Siphnos, Greece, 1961

miércoles, 15 de octubre de 2008

Descansando los ojos

Tantos y tantos artículos en inglés y francés...y todos a leer en la computadora me estan licuando el tiempo disponible para el blog.

No me queda otra que descansar los ojos en estos colores otoñales.

Lo comparto...


















domingo, 5 de octubre de 2008

Tres monstruos para empezar la semana

Estoy leyendo mucho material para preparar unas clases y aunque la inspiración abunda, el tiempo se escapa como arena entre los dedos.

Les dejo disfrutando de esta producción conjunta de tres monstruos de la guitarra:

Paco de Lucía
John McLaughlin
Al Di Meola


y buena semana para tod@s!


miércoles, 1 de octubre de 2008

Cual es nuestro valor?

Antes de llegar a Canadá en julio del 2006 había estado algunos años preparando la partida de muchas y muy distintas maneras. Una de esas maneras fue el intercambio con quienes se nos habían adelantado en la experiencia. La función que hoy cumplen los blogs, especialmente los que tratan el tema de la migración, la cumplían antes con mucha presencia las listas y foros de internet. A través de una persona de una de esas listas tomé contacto con una colega que ya vivía aquí hacía dos años y quiso la casualidad que su hermana resultara una conocida mía de años.
Nuestros cyber diálogos fueron sumamente importantes para mí. No pude aún consultarle sobre la publicación en este post de uno de esos diálogos así que no la nombraré por ahora.

Yo le había escrito -entre otras cosas- que era muy difícil sostener la auto-valoración profesional en nuestro país ya que el sistema estaba instalado de manera tal de hacernos sentir que no importaba cuánto nos hubiéramos esforzado en nuestra preparación ya que la tranquilidad laboral no dependía de nuestra formación y currículum. Ante una situación como esa se nos presentaba la paradoja de valorarnos "pese a". Y qué difícil es valorarse cuando las instituciones nos apoyan en esa experiencia al colocarnos en el rol de "ciudadano felpudo" que terminamos teniendo cada vez que nos dicen ese "Si... tiene razón pero... esto que pagó ya no lo recupera... Y sí, mire... hubiera sido mejor que no pagara".

La respuesta de mi colega no se hizo esperar. La comparto con ustedes:

Te cuento por ejemplo el tema que vos nombraste de la valoracion de uno mismo puesta siempre a prueba en la Argentina....yo creia que yo habia aprendido a sostener mi autoestima a pesar de que en los medios de trabajo como lo que comentaste que viviste (realmente una verguenza!) siempre se trataba de menospreciar el trabajo aunque este sea bueno .....pero estando aqui me di cuenta que el tema del valor del concepto de valor y del menoscabo a lo que vale y no vale era mucho mas profundo que en las esferas laborales...estabamos rodeados de cosas que hacian a que todo y no solo nosotros sea subestimado....

detalle : el dinero....especificamente los centavos.. cuando una oferta salia 9,99 jamas reclamaste el 0,01 centavo me imagino y ningun comercio se le ocurrio dartelo ni preguntarte si lo querîas... y digamos que si la llamada en el locutorio salia 2, 23 jamas esos dos centavos te fueron devueltos, y si pones una moneda en el telefono publico de 50 centavos y hablas por 23 centavos jamas recibiste los 27 centavos de vuelta....y eso tiene su origen, creo yo, en la inflacion y el estar acostumbrado que el "valor" del dinero es tan relativo.... y eso puede traerte oledas de odio profundo contra el sistema y reclamas los centavos para despues tirarlos por ahi porque "no valen nada" o sentirte que estas mas alla de la misera realidad mundana capitalista y le"regalas" al sistema o al duenio del negocio esos centavos o ese TU dinero porque tu salud mental "vale " mas....o digamos como vulgarmente se dice "yo no me llamo dos centavos" es decir no sos amarreta, no sos pichulera,vales mas que toda la energia puesta en el reclamo justo de Tu dinero...

LLegada aca me encuentro que sin decir nada al pagar una cuenta con 63 centavos la cajera me devuelve el vuelto con centavos y lo primero que pienso es "Que exagerada"...a la segunda vez le digo "Pero por favor no hace falta" cosa que la cajera no puede entender a que hago alusion y me da todo MI dinero de vuelto....sucesivamente y por mucho tiempo descubri que me sorprendia esa precision en el retorno del dinero...

hasta que alguien me dijo: "aca cada centavo "vale" un centavo..." y ahi me dije Que gran verdad!!! cada cosa tiene SU VALOR y ese valor es tan importante por el hecho que es SU valor mas alla de lo que valga..me entendes? y a partir de ahi empecé a ver otras cosas que yo parecia despreocupada por el dinero cuando en realidad era un hecho cultural que me llevo a ser asi...por ejemplo...y en la misma linea de pensamiento poné el hecho que el banco ofrece plazos fijos a un interes del 0.6% y yo digo para eso no vale la pena.....habituada a los picos de la bicicleta financiera....y parezco una mogolica que no entiendo de negocios....me entendes?

y pasemolos a otro plano para no dejarlo en la anecdota de lo economico ..aca hay carteles de stop en casi todas las esquinas... en BS AS tambien.. pero cuantas veces vos paraste o alguien paro en esos carteles.. no"vale" nada lo que dice....

Aca es igual que un semaforo rojo..TODOS PARAN porque esa palabra "Vale" su significado....

si nosotros no parabamos no era que somos irrespetuosos, o que somos opositores al regimen, o que nos gusta el riesgo, o qeu somos inconcientes que no nos preocupa el projimo es nuestra historia de donde venimos donde si paras en un stop corres el riesgo que te choquen de atras o qeu te roben y por una cuestion de supervivencia del mas apto que hace que seas "ilegal" no es nuestra intencion pero terminas forzado por las circunstancias y terminas siendo ciego de tus propias "violaciones a la ley"

La propina ... vos dejarias en un Mc Donald propina?.. el trabajo de ese empleado es tan valioso como el mozo que te sirvio un cafe en una mesita....pero... lo haces? Valoras el trabajo de esa persona? o qeeudas impregnada con el tema del fast food, la multinacional yanqui y etc...

no solo "el sistema no valora el trabajo de cada uno en Argentina sino que nosotros mismos hemos perdido el sentido, el significado de la palabra "valor y del acto de "valorar"

Otro dia te contare sobre la optica sobre al salud mental y cual es la corriente psicologica... ese si que va a ser un mail largo...

EN fin, hasta aqui llego este mail.

espero tus comentarios.