Hay momentos en que solo podemos dejarnos ser... pasear al atardecer mientras damos forma a lo nuevo por crear. No se puede forzar. Aunque afuera el otoño se lleve de a poco los colores y haya cierta desazon producto de los momentos de cambio.
He recorrido caminos interiores cada vez más intricados y profundos y puedo decirlo. Hay que soltar el control y sólo esperar: lo nuevo tiene sus tiempos.
No mucho más.
Un poco de sol, como si fueran espigas al atardecer.
4 comentarios:
Dices Silvina: "Hay que soltar el control y sólo esperar: lo nuevo tiene sus tiempos."
Se me ocurre que los espacios nuevos tienen sus tiempos complejizados para los migrantes.Los tiempos del lugar, sus remanentes historicos sumados a los tiempos del que va descubriendo con otro imaginario colectivo en su mirar.
Quizas soltar el control es dejarse seducir por las novedades sin empujar.
Acepto tu propuesta de ir migrando y posteando de blog en blog.
Saludos
Isabel
Si... en ese sentido lo pensaba. Dejarse seducir por lo nuevo, abrir la mente. Permitirse otros tiempos distintos de los que estábamos acostumbrados.
Qué te parece una entrevista donde cuentes sobre esta vivencia migrante? Te escribo a tu blog. Saludos!!
migrantes o no, siempre estamos como bola sin manija, esperando el impacto.... eso es a lo que nos sujeta la condicion de mortales...a veces uno se olvida, a veces no. Pero yo, como decia el viejo psicoanalista Ulloa, voy a tratar de que la muerte me agarre viva...
La melancolia tiene a mi gusto que ver con la idea de que esas espigas no estaran alli para siempre...
Nos olvidamos y nos acordamos tal vez porque imaginamos a la muerte como "el impacto"? Los orientales no lo ven así y por eso, no sé como, están siempre "ahí".
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