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viernes, 26 de febrero de 2010

La intimidad sexual entre paciente y terapeuta: Una contravención al código de ética del ejercicio de la psicología

El viernes pasado rendí el examen por el curso de ética profesional del ejercicio de la psicología en Québec, una condición para la finalización de mi proceso de admisión al Colegio de Psicólogos. Realmente me alegré de la posibilidad de seguir ese curso (a pesar de los costos que se agregan a las considerables sumas ya dedicadas). En el país donde alguien ya ha escrito un manual sobre la teoría de la gambeta (como socarronamente me han dicho ciertas personas) no es de extrañar que el código de ética del ejercicio de una profesión regulada sea un ejemplo de detalle y organización si lo comparo con mi formación en Argentina, donde tanto a nivel de la licenciatura como de la especialidad clínica (residencia) las cuestiones éticas se ven por encima y su ejercicio puntual queda bastante librado a la sensatez del profesional en cuestión y de su habilidad para consultar a otros colegas, supervisores y profesores.

En este curso hemos visto una cantidad de artículos que contemplan con especificidad situaciones tan importantes como la confidencialidad, cómo se debe llevar y proteger de miradas indiscretas la historia clínica-psicológica de un paciente, quién tiene acceso a qué información, cómo se debe proceder en situaciones de pericias judiciales, en qué casos el profesional está relevado, por ley, de la obligación de sostener el secreto profesional... an so on and so forth...

Hace dos semanas me tocó escribir todo un trabajo (largo y en francés, ayyyy!!) sobre ejemplos de contravenciones al código de ética para cada uno de los artículos que allí se encuentran. Debo haber escrito cerca de noventa situaciones-ejemplos ficticios de contravenciones.  Aunque ficticios,  terminé con la sensación un tanto amarga de cuántas barbaridades pueden cometerse!

Hay mucho para decir sobre las contravenciones pero quiero empezar por una que es, por decirlo así, la sombra negra que pende siempre sobre nuestra bien amada profesión, la de psicoterapeuta. Esta nube negra es la vinculación amorosa y sexual entre paciente y terapeuta.

Para distendernos un poquito antes de pasar al tema, aqui nos cuenta Leo Masliah sobre todo lo que NO hay que hacer cuando de salirse de los límites se trata.




Tanto el código de ética como algunos artículos que nos proporcionaron en este curso, versan sobre lo dañino del traspaso de los límites en este sentido. Un proceso psicoterapéutico de cierta duración, en las condiciones apropiadas, desarrolla un fenómeno denominado transferencia, a través del cual el paciente deposita sobre la figura del terapeuta afectos, sensaciones, emociones que están originados en vínculos muy antiguos con las figuras parentales. Si bien la noción de transferencia es un concepto central del psicoanálisis, otros diversos abordajes psicológicos la toman en cuenta para explicar este fenómeno que vuelve al paciente, si no en todos los casos atraído de manera erótica consciente hacia el terapeuta, al menos muy interesado, curioso sobre todo lo que tiene que ver con la vida privada de éste, particularmente ligado a su imagen, atento a sus dichos, idealizándolo como figura de saber y de autoridad. También estas emociones pueden expresarse de la manera opuesta, con la forma de una gran hostilidad o crítica, siendo esto la otra cara de la moneda que muestra, aún así, la presencia de esta fuerte ligazón. Una gran atracción o una gran hostilidad, dos caras de una corriente afectiva poderosa. El psicoanálisis toma a la transferencia como el vínculo afectivo que dibuja el camino de la cura. En su análisis y resolución, el paciente cobra conciencia de esas emociones, comienza a explicarse a través de ellas sus modos de vincularse afectivamente y el proceso de tratamiento se encamina hacia su fin.

El artículo 26 del Código de deontología de los psicólogos de Québec dice al respecto:
"Durante la duración de la relación profesional, el psicólogo no establecerá vínculos de amistad susceptibles de comprometer la calidad de sus servicios profesionales , ni vínculos amorosos o sexuales con un cliente, no tendrá propósitos abusivos de carácter sexual ni gestos abusivos respecto de un cliente.
La duración de la relación profesional se determina teniendo en cuenta principalmente la naturaleza de la problemática del cliente y la duración de los servicios profesionales brindados, la vulnerabilidad del cliente y la probabilidad de encontrarse en situación de volver a prestar servicios profesionales a ese cliente"

Once a patient, always a patient, leí recientemente, y confirmo la vigencia de esta expresión. Cuando se habla de la problemática del paciente se piensa en su vulnerabilidad (que varía según la persona y su problema). Tampoco es lo mismo unas aisladas consultas de asesoramiento que una psicoterapia donde se haya avanzado hasta instalar el proceso transferencial del que hablaba más arriba. Sin embargo, una persona que consultó brevemente, puede experimentar una corriente afectiva positiva hacia el profesional al que consultó, y no sería raro que en situación de necesidad futura, sea éste el primer profesional al que desee consultar. Se trata de preservar la relación de ayuda disponible para la necesidad. En el caso de una terapia de larga duración, los vínculos transferenciales, esos que ligaban el paciente al terapeuta a través de las imagenes parentales se aligeran pero no desaparecen. De allí que la vinculación en una relación amorosa y erótica tiene consecuencias afectivas desastrosas para la salud psíquica del paciente

La serie "In treatement", del canal HBO, protagonizada por Gabriel Byrne y Dianne Wiest muestra claramente la situación de un psicoterapeuta que en medio de una crisis personal y matrimonial, se ve arrastrado por las emociones que se despiertan durante el tratamiento de Laura, una médica joven y atractiva. Las escenas que se desarrollan entre Paul y su paciente Laura, así como las sesiones de supervisión con Gina (Dianne Wiest) constituyen ejemplos muy claros de la tensión dramática que se genera en ese tipo de vínculo, aunque hay que decirlo, por momentos se vuelve tan intensa que exagera un poco... Todo lo que esta serie muestra, pasa verdaderamente en un consultorio, aunque no tanto ni todo junto en la misma semana con todos los pacientes. El guionista tendría que haber tenido en cuenta no usar tanto el mismo recurso. Así y todo, en su conjunto, la serie In treatment es muy recomendable. (Y un excelente ejemplo para quien quiera presenciar lo que sólo puede verse dentro de la situación).




Continuará

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